y quien no nace llorando llorar por dentro.
Y cada cosa que hacemos,
la hacemos para suplir el llanto,
porque somos capaces de evadir el llanto.
La desigualdad del deseo
el objeto esclavizador de la rutina,
tan estática, inmóvil, fascista en su origen,
en la parte más baja de mi enyeguada mujer.
Sólo sé de huellas de pies dibujados en mi piel de arena.
El oficio de mi padre es botar papeles
y el mío es arrancar hojas:
con sudor ato lo curvo al cielo más rojo que lo interminable.
En rigor desconozco mi origen
supe que mis padres eran felices:
si conocer fuese para mí un problema
no reconozco mi error.
El padre muere cuando nazco y la madre cuando muero,
para ser el espacio vacío que llena nada.
TALLER POESÍA CERO.
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